Dibu Martínez, sin filtro: la discusión por la Selección que lo llevó a cambiar de rumbo, el peor momento de su carrera y cómo logró evitar las tentaciones

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El arquero campeón del mundo con Argentina brindó una profunda entrevista luego de recibir el premio al mejor guardameta del planeta en la gala del Balón de Oro.

Dibu dice que espera con ansiedad cada partido con la selección argentina. (REUTERS/Agustin Marcarian)

Emiliano Martínez es, objetivamente, el mejor arquero del mundo. El argentino, de 31 años, se quedó con los premios The Best (que otorga la FIFA) y Lev Yashin (en la gala del Balón de Oro), con los que fue reconocido como el portero top de la pasada temporada, en la que se consagró campeón en Qatar con la selección argentina. En una profunda entrevista con L’Equipe, el arquero reveló detalles inéditos de su carrera. “Sufrir para superar es la historia de mi vida”, definió, en un emotivo mano a mano con el periodista Florent Torchut.

“Soy de los que se golpean la cabeza contra la pared cuando las cosas no salen bien. Soy muy ambicioso. El pasado es el pasado. Cerré una página de mi carrera siendo campeón del mundo y, ahora, quiero escribir otro capítulo”, planteó respecto de sus apetencias. A corazón abierto y sin temores al declarar, Dibu habló, por ejemplo, de las modificaciones a la regla de los penales para suavizar el impacto de los juegos psicológicos, a los que él apeló con éxito tanto en el Mundial como en la Copa América.

Es muy tarde. ¡Ya está, ya está! Obtuve lo que quería, pueden cambiar las reglas o lo que quieran, no me afecta. Seguiré dando lo mejor de mí para la Selección. En Argentina la llaman la ley anti-Dibu… ¡Me gusta! Es bueno saber que yo causé esto. Estoy simplemente orgulloso de haber ayudado a mi país a ganar”, aguijoneó, en uno de los pasajes más divertidos.

LAS PRINCIPALES REVELACIONES DE EMILIANO MARTÍNEZ

Los ejemplos de su madre y su padre, sorteando problemas económicos durante su infancia

“Para mi padre era difícil, tenía que trabajar diez, doce horas diarias. Él sufrió. Cuando trabajás en un puerto de Argentina, a veces te pagan y a veces no. Algunas personas se escapan porque no quieren pagarte… Mi padre y mi madre tuvieron que trabajar más para pagar las facturas o la matrícula escolar. Su ejemplo nos hizo muy fuertes a mi hermano y a mí”.

Las pruebas fallidas en Boca y River

“Me dijeron que tenían otros buenos porteros. Yo era joven, todavía tenía que progresar. Luego tuve otra prueba en Independiente y Pepé Santoro, el entrenador de arqueros, vio en mí algo que los demás no veían. Sintió que yo tenía un potencial enorme”.

Cómo sorteó las tentaciones en Independiente

“La pensión de Independiente está ubicada en Villa Domínico, justo al lado de un barrio de emergencia. Y, en aquel momento, no había ningún muro entre ambos. Había drogas, alcohol, chicas… Muchos amigos iban a ver a las chicas allí o las traían al centro. Yo, en ese tiempo, iba al gimnasio, al boliche o entrenaba solo. En el gimnasio había una valla que no podía saltar. Entonces, mientras los demás salían de fiesta, yo practicaba saltar esta valla. Esa ya era mi mentalidad”.

Lo único que lo asustó del salto a Europa

“Me asustaba el fracaso. Volver a la Argentina en la piel de un fracaso. Es como la final del Mundial: no podía imaginar otra cosa que el éxito. Era imposible para mí regresar al país sin haberme consolidado en el fútbol europeo”.

El momento de su carrera en el que tocó fondo

“Aprendí una lección de la mala experiencia en Getafe. Jugué seis partidos con un pésimo entrenador (José Bordalás), no tengo miedo de decirlo. Cometí errores, como todos, y fue entonces cuando comencé a buscar ayuda de un psicólogo para que me ayudara mentalmente. ¿Si ahí toqué fondo? Nunca he estado tan bajo. He pasado por tantos malos momentos, he sentido tantas malas vibras, que hoy disfruto de todas las cosas bonitas que me pasan”.

Por qué no teme de hablar de la ayuda psicológica

“Cada año me enfrento a cosas nuevas, buenas o malas. Me ayuda a encontrar el equilibrio. No me siento grande cuando gano y tampoco me siento catastrófico cuando me hacen cuatro o cinco goles. Me permite mantener el control cuando estoy enojado. Y es que, aunque parezca que todo va bien, siempre tenés algún pequeño dolor en alguna parte o algún problema en casa. Simplemente me ayuda a concentrarme en el momento presente y en lo que amo desde que era niño, que era jugar al fútbol”.

La discusión por la Selección que lo llevó a dejar el Arsenal

“Tuve una discusión con Mikel Arteta, mi entrenador en el Arsenal, y le dije que mi sueño era jugar en la Selección y que para eso tenía que irme. No le gustó, pero lo entendió, me dijo que me daría ua oportunidad de salida y el Aston Villa apostó por mí. Gracias a este club pude conseguir mi objetivo y este año jugamos por primera vez en trece años una Copa de Europa (la Conference League)”.